Reforma de un pequeño apartamento en el barrio céntrico de Ruzafa donde se han unificado varios antiguos espacios, mejorando la iluminación natural, y se ha respetado la materialidad original de la vivienda de principios del siglo pasado. Paredes de ladrillo, vigas de madera, techos de bóvedas cerámicas o baldosa hidráulica en suelo son los elementos tradicionales que se mantienen combinándose y diferenciándose de las partes reformadas más actuales como la cocina abierta, o el pavimento nuevo de tono neutro realzando las alfombras de hidráulico. Una vivienda actualizada con lazos con el pasado.